El mal agudo de montaña es causado por una reducción de la presión atmosférica y niveles más bajos de oxígeno a grandes alturas.
Cuanto más rápido ascienda a una mayor altitud, mayor será la probabilidad de padecer el mal agudo de montaña.
Usted está en mayor riesgo del mal agudo de montaña si:
- Vive en o cerca al nivel del mar y viaja hasta una gran altura.
- Ha tenido la enfermedad antes.
- Asciende rápidamente
- No se ha aclimatado a la altitud
- El alcohol y otras sustancias han interferido con la aclimatación.
- Tiene problemas médicos en el corazón, sistema nervioso o pulmones.
En la mayoría de los casos, los síntomas son leves. Los síntomas del mal agudo de montaña de leve a moderado pueden ser:
- Dificultad para dormir
- Mareo o sensación de vértigo
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Inapetencia
- Náuseas o vómitos
- Pulso rápido (frecuencia cardíaca)
- Dificultad respiratoria con esfuerzo
Los síntomas que pueden ocurrir con el mal agudo de montaña más grave incluyen:
- Coloración azulada de la piel (cianosis)
- Rigidez o congestión pectoral
- Confusión
- Tos
- Expectoración de sangre
- Disminución del estado de conciencia o aislamiento de la interacción social
- Tez pálida o grisácea
- Incapacidad para caminar en línea recta o incapacidad absoluta para caminar
- Dificultad respiratoria en reposo
ADAPTACIONES DEL APARATO RESPIRATORIO
Si a la carencia de oxígeno le sumamos el duro ejercicio que supone escalar montañas, para el que hace falta un mayor aporte de oxígeno y nutrientes para compensar el gasto derivado de este, se llega a una situación en la cual el organismo debe poner en marcha mecanismos compensatorios fisiológicos que adaptarán (comúnmente conocido como aclimatar) a la persona a medida que asciende, siempre y cuando esta velocidad de ascensión no sobrepase la capacidad adaptativa de nuestro organismo. A continuación se describirán los mecanismos de adaptación:
- Edema Agudo de Pulmón (EAP): Salida de líquido de los capilares pulmonares al instersticio y alveolos del pulmón de forma aguda, causando insuficiencia de la función pulmonar. También conocido como “encharcamiento de los pulmones”, lo que impide respirar adecuadamente.
- Taquipnea: Aumento del número de respiraciones por minuto (aumento de la frecuencia respiratoria).
- Disnea: Sensación de falta de aire o ahogo.
- Broncodilatación: Dilatación o aumento del espacio en los bronquios (vías respiratorias).
- Hipoxia: Disminución de la cantidad de oxigeno respirado.
- Elasticidad pulmonar: Capacidad que tiene el pulmón para aumentar y disminuir de volumen para la entrada y salida de aire.
- Dinámica pulmonar: En condiciones normales y presión normal atmosférica y de la sangre, se produce un intercambio de gases en los alvéolos (lugar donde ocurre el intercambio gaseoso): se excreta CO2 y se absorbe O2. La alteración de este mecanismo pondrá en marcha otros para intentar compensar y conseguir un equilibrio.
- Isquemia: Reducción de la llegada de sangre a los tejidos pudiendo causar deterioro e incluso infartos por falta del aporte necesario de oxígeno.
- PCO2: Presión de dióxido de carbono.
- PaO2: Presión arterial de oxígeno.
- Frecuencia cardiaca basal: Cantidad de latidos por minuto en reposo y en condiciones normales.
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